martes, 15 de septiembre de 2009

Mori

Mori se levanta todas las mañanas de su cama de helechos y musgo para emprender sus tareas de la mañana. Sacude bien sus patitas de caballo y se atusa las alas antes de partir a lanzar gotitas de rocío sobre las plantas. Aunque a veces esas gotitas van a parar a un ratón de campo, a un cervatillo, o a lo que se le cruce por el camino.

Cuando Mori se aburre, se dedica a entrenar a las ranas del lago. Las ha convencido de que para volar sólo tienen que saltar muy alto, y se pasa horas riéndose de ellas. A veces, si hace buen día, Mori toma el sol en las hojas de nenúfar, después de decirles a las flores que pueden nadar si sólo se lanzan al agua.

A Mori también le gusta dormirse en los nidos, y engaña a las mamá pájaro para que también a él le traigan comida. Revolotea sin cesar espantando a las aves y rompiendo telarañas. Si tiene el día particularmente malicioso, sacará su arco y se dedicará a disparar a las fresas, o a los conejitos, o a cualquier ser al que pueda molestar. Pero Mori es el más veloz del bosque, y jamás nadie ha podido verle hacer la mayoría de sus travesuras.

No hay comentarios: